viernes, 12 de septiembre de 2008

Epic 2015: esperanza o cambio de apariencias

Por Ángel Cahuasquí

Los apogeos culturales del desarrollo humano han estado siempre orientados hacia las elites. Por primera vez en la historia, las transformaciones inmensas del Internet dan esperanza de conocimiento a todos. ¿Pero es una esperanza real?

En el video Epic 2015, sobrecargado por un tono musical algo aterrador, la idea de una sociedad en la que cada quien recibe la información que necesita, cuando necesita, con las sugerencias de consumo específicas para sus gustos o requerimientos, nos causan una luminosidad esperanzadora, dada la oportunidad de las masas de acceder más que en ningún otro momento de la historia a una cantidad de información descomunal.

Las elites han dominado el consumo de la información, transformándola consecuentemente en poder para la dominación (sea material o psicológica) de las sociedades a escala masiva. Al cambiar el rumbo de la oferta, este postulado de la lógica humana se debilita, pierde valor y da luces sobre un futuro que se abre para todos en igualdad de condiciones.

Lo que no lograron los mayores estándares filosóficos, lo lograron por tanto los algoritmos de Amazon y Google. El cuarto poder deja de pertenecer a unos pocos conductores de la opinión y promueve una sociedad de prosumidores, es decir productores y consumidores de una red inmensa de la información y de múltiple, casi inabordable opinión pública.

Las implicaciones son, en términos teóricos, ciertamente positivas. La pregunta que flota sería: al no estar institucionalizada la producción de información ¿qué garantía de calidad se asegura a estos prosumidores? El consumo de información sin filtros, es sabido, conlleva una depredación de los valores sociales y morales, un desvío por el sensacionalismo, la farándula vacía y la pornografía intelectual.

Históricamente la calidad de los flujos culturales ha sido marcada por cánones de originalidad. La originalidad no es patrimonio de las masas, sino de las mentes geniales. En ese sentido, aun cuando la información perdiera el horizonte de los medios como los conocemos actualmente, los golpes de la civilización renovarían irreductiblemente el aparecimiento de figuras centrales en el desarrollo de nuevos modos de información, y por tanto, nuevas herramientas para una elite de poder.

Por tanto, los matices apocalípticos de una sociedad dominada y los matices edénicos de una sociedad informada son falaces. Es probable que la estructura de los medios de información masiva cambie, y que se queden en el camino aquellos que no puedan adaptarse a los nuevos lineamientos.

Pero una estructura de producción de información para la elite dominadora seguirá marcando el paso de las sociedades. En la práctica, no habrá más que un cambio en las formas exteriores. Esencialmente, el patrón de comportamiento civilizatorio será el mismo, independientemente de los algoritmos de Amazon, Google, Second Life, y otros.

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